Consecuencias
La mala distribución de la riqueza en nuestro país es un circulo vicioso del cual nadie está exento. Es cierto que existen derechos que están plasmados en nuestro supremo orden jurídico, la Constitución Política y México ha ratificado diversos tratados internacionales en este tema, pero este problema trae como consecuencias adversidades de mayor grado que tanto a ricos como pobres les afectan.
El artículo cuarto de la Carta Magna establece que toda persona tiene derecho a alimentación nutritiva, protección de salud, vivienda digna, disfrute y goce de los bienes y servicios que presta el Estado. Sin embargo, el 45% de la población se encuentra en la clase social baja y el 25% de esta en pobreza extrema.
Las principales consecuencias de la desigualdad en la riqueza en México son:
- Marginación
- Altos índices de violencia
- Sueldos y empleos deficientes
Marginación
La inexistencia de competitividad entre los sectores del país es fuente de el continuo enriquecimiento de los millonarios, pues en México no todos los hogares crecen de la misma forma, en el aspecto económico, pues los hogares con menos recursos no tienen posibilidad de crecer ante los monopolios de los ya mencionados. La pobreza es producto de corrupción, políticas públicas ineficaces, tráfico de influencias y servidores públicos que su objetivo no es servir al "pueblo", sino tomar y vivir de este.
Alto índices de violencia
A causa de la pobreza, ya sea en su extremo o en el nivel menor, los ciudadanos que padecen de este fenómeno tienen que recurrir a actos ilícitos, ya sea delito de robo, venta de estupefacientes, narcotráfico y otros más. El delito es la única salida que tienen, pues las condiciones de vida y las oportunidades tanto de empleo como de subsistencia no son las mismas para las diferentes clases sociales. Desde el año de 1997 al año 2015, los delitos han tenido un crecimiento notable, pues han aumentado un 125%, ya sea por homicidio, robo a transeúnte, narcomenudeo y otros.
Sueldos y empleos deficientes
Es cierto que se han aumentado los empleos en las últimas décadas, sin embargo, no basta con aumentarlos, sino con aumentar la remuneración, pues actualmente el salario mínimo es de 87.88 pesos pero la canasta básica es de 103 pesos. Entonces, la remuneración no es pareja al costo de los productos, ya que la inflación es un factor que interviene para todos los ciudadanos pero aquellos que sobreviven con el salario mínimo no tienen las condiciones de una vida decorosa y vivienda digna, como lo señala el artículo cuarto constitucional. También, los empleos informales son un grave problema, puesto que aquellos trabajadores inmersos en estos, no reciben las prestaciones de ley por parte de los patrones pero tampoco contribuyen con los impuestos que cada trabajador formal lo hace.
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